No vine a este pueblo, para que no haya una huelga
POR: ALEJANDRO SANTANA
El laureado escritor colombiano, Gabriel García Márquez en su obra: Vivir para contarla, describe un hecho, inventado, lo hace con tanta maestría que hasta resulta gracioso.
Cuenta, Gabo, que estando de reportero en un periódico colombiano, de la capital, hasta la redacción del mismo llego una nota de un corresponsal, donde informaba de una gran huelga en un pueblito lejano,
La descripción del movimiento era tan convincente y los elementos por los cuales se había convocado a tal acción, eran tan reales, que se le envió al lugar del hecho, a cubrir, las incidencias.
Narra, que llegar al lugar le tomo alrededor de una semana, primero salpa de la capital en un bus, llegando a una comunidad donde tuvo que tomar un tren, luego a otra ciudad donde tuvo que tomar un vapor, movido por leña al final, recorrer el trayecto faltante en el lomo de un burro.
Cuando llegue al lugar, me encontré con que no había ninguna huelga, que la nota del corresponsal de esa comunidad tan remoto, solo había sido para llamar la atención.
Ya en el pueblito, su reacción fue tal, que se armó de un megáfono y personalmente convoco a una huelga en demanda de varias reivindicaciones existentes, con la finalidad de llamar la atención a las autoridades y hacer quedar bien al corresponsal y al medio para el cual trabajaba.
Describe magistralmente, que el paro fue tan contundente que duro varias semanas, que fue de tal magnitud que la gente comía en las calles, hacia sus necesidades en las calles y hasta se bañaba en las calles porque el movimiento fue acompañado de un torrencial aguacero, que no pararon Helga y lluvia hasta que las autoridades de la capital, llegaron al lugar con disposición de resolver.
¿Fue una notica real¿, no, pero la veracidad del medio y corresponsal estaban en juego y había que salvar los criterios periodísticos, sobre la veracidad, honestidad y el respeto que se debe tener al lector.
Inspirado en todo eso que describo, hace muchos años que entendí que un periodista antes que desmentir una información, que sin sustento haya difundido, debe procurar morir, físicamente, para que la muerte moral no lo atormente.
Hago énfasis en todo lo antes descripto, porque, difundir un hecho y luego salir a desmentirlo, nos coloca en un lugar donde ningún periodista serio quisiera verse.
Y describo dos hechos recientes, el atraco al almacén de San Juan en el barrio las Flores, y el atropello de que supuestamente fueron objeto unos estudiantes Universitarios que fueron a un centro educativo a realizar una práctica.
Cuando ocurre el desmentido atraco, yo estoy en una reunión política, me llaman y me informan del supuesto hecho, cuando termino voy al lugar y hago las indagaciones con venduteros de los alrededores y me indicaron que no se habían dado cuenta, pregunte a otras personas y tampoco conocían del hecho. Aborte el interés en el hecho.
Luego de eso, ley en por lo menos dos medios digitales, que varios estudiantes Universitarios habían sido mal tratados por una profesora de un centro educativo, me llamo poderosamente la atención y me pongo en contacto con una docente del lugar y me informa que eso no había ocurrido por lo menos en ese centro.
Luego vi el desmentido, en por lo menos en uno de los medios que originalmente había informado del hecho, tras recibir el informe de los estudiantes.
Mi reacción, fue entender que el dueño del medio no sabía nada de periodismo, primero se dejó sorprender por quienes le dieron la información, no grabo, ni pidió una constancia por escrito.
En mi condición de embarrador de cuartillas, no hubiera desmentido la nota, hubiera contactado a esos estudiantes, para que me reiteraran el supuesto hecho, le hubiera grabado y hubiera reiterado la nota, o en su defecto, hubiera ido donde el director de la Universidad a quejarme, para que los sancionen.
Y en vez del desmentido hubiera publicado las sanciones a un grupo de estudiantes embusteros, por andar creando fabula y enredar a un bloguero, con esa vulgar mentira, que en el caso de ellos es muy peligroso porque serán profesionales embusteros..
Se lo mal que se ha sentido esa educadora, con esa mentira difundida en las redes que muchos de los que la leyeron, no han leído el desmentido correspondiente.
Cobra fuerza, el poder de la mentira, recreado en un experimento realizado hace muchos años…..Tomas una hoja de una mascota, la rompes en múltiples pedazos, sube un tercer nivel, llega a la azotea y esparces esos cientos de fracciones en el aire, caen al vacío, pero luego del hecho baja las escaleras y decides recogerlos…..Sera imposible, y eso mismo pasa con una información falsa, no es seguro que quien la leyó primeramente, lea la corrección cundo se intente resarcirla
Por eso, reacciono, tu fuente, no es mi fuente, no puede ser, porque desconozco que tan veraz es , así de simple, por eso acostumbro acudir al lugar de los hechos y cuando el hecho es confuso, destacar las diferentes versiones del mismo…..Mi consejo final a tantos jóvenes que hacen vida en los digitales, bajen sus calenturas, es mejor una noticia bien contada aunque sea de tres días que no una primera plata con elementos sueltos que puedan comprometer su futuro y credibilidad…..Mantengan vivo en su sus mentes, que es mejor morir físicamente que no morir moralmente…
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